El Gran Retiro duró desde el 8 de diciembre de 2014 hasta el 1 de abril de 2018. Fue seguido durante los meses de junio, julio y agosto por una primera fase de “Washing-Out” (purificación); y
después una segunda de unas semanas en el 2019.
Comencé el segundo Gran Retiro en mi ermita el 31 de diciembre de 2019. Durará hasta el 24 de abril de 2023.
Durante este tiempo, no se me podrá contactar, pero sí a mi administrador Chorherr Daniel Salzgeber.
El Gran Retiro, conocido en el budismo tibetano como "The Great Retreat", dura 3 años, 3 meses, 3 semanas y 3 días. Durante este tiempo el monje o la monja viven en total aislamiento del mundo.
La jornada está marcada por meditación y ejercicios mentales. La noche dura solo unas pocas horas; se duerme sentado.
El objetivo: parar con los remolinos constantes de la mente. Así la mente se aparta del mundo que está en cambio
incesante y enfoca lo inalterable, lo Absoluto – o, en terminos religiosos, Díos.
¿Qué ejercicios se deben realizar y qué luchas superar? Hay muy poco publicado en internet sobre esto. ¿Por qué? Porque no hay nada que hacer, nada que alcanzar, nada en lo que convertirse y
tampoco hay nada que perder. Se trata de ser consciente.
La monja Tenzin Palmo que ha pasado por este proceso nos da algunas ideas. Su libro: “Cave in the Snow” (capítulos 8 y 10) o su video con el mismo título.
Encontrarás el video en inglés en el área de descargas.
Sus grandes preguntas son:
Tenzin Palmo me dió el siguiente consejo personal:
Pase lo que pase durante el retiro, “don’t leave!”
Aquí “don’t leave” tiene un doble sentido: no debo abandonar el lugar ni abandonar el retiro.
Para llegar al estado absoluto (en palabras religiosas: la unión con Dios, la Unio Mystica), hace falta un cierto entorno. Es necesario liberarse del todo de los sistemas de este mundo. Por eso,
estando en los Himalayas, te retiras en una cueva.
(totalmente enfocado)
He vivido con el mundo y he conseguido lo que quería conseguir. Ahora ya basta. Lo que cambia incesantemente no da ninguna satisfacción constante.
A los órganos sensoriales les gustan unas cosas hoy y otras mañana. Cuanta más leña se da al fuego de los antojos, más crece. Cuanto más arde el fuego, más madera requiere. Toda la vida va de
atraer lo que gusta y evitar lo que no gusta.
Dios es perfección. Quien ha probado una vez, ya no puede dejarlo más.
(nada que hacer, nada que obtener, nada que conseguir, nada que llegar a ser)
Es lo más fácil y al mismo tiempo lo más difícil: quedarse quieto. Estar sentado simplemente, con el cuerpo y la mente en calma. Estar en paz consigo mismo. Sin importar actividades o lo que se
haya conseguido. La paz profunda surge del interior y no viene de cosas externas.
Si estás quieto el tiempo suficiente, ya no serán posibles las actividades. Y tampoco será ya necesario hacer nada ya que estás en paz
contigo mismo y con el mundo. Sin embargo, si haces algo, no ganas nada. Y si no haces nada, no pierdes nada.
Llegar a estar quieto y mantener este estado, dejar que surja la paz interior, eso es lo único que cuenta. Todo lo demás carece de importancia. Por lo tanto, se puede dejar de hacer cualquier
otra cosa. (La única “variante” en mis días es el estudio de las Sagradas Escrituras complementado por investigaciones en internet).
Estos tres puntos principales han de entenderse como absolutos:
(quédate quieto, actividades no son posibles, sé consciente de tu naturaleza divina)
Everything else is unimportant.
(Todo lo demás carece de importancia).
Esa fue la instrucción que recibí de Swami Yogeshwarananda.