Hay bastantes escuelas de yoga y cursos de yoga. Se puede reservar también retiros de yoga. Pero, ¿qué es yoga en la vida diaria? ¿Qué es el yoga sin pantalones de yoga y sin esterillas de yoga?
Sólo hay dos tipos de yoga, ¡y el primero lo podrías incluso aprender y practicar sin maestro de yoga!
El Bhagavad Guita, que es una de las Sagradas Escrituras de los Hindúes, explica estos dos tipos de yoga, cada uno en un capítulo por separado: el yoga de la acción y el yoga del
conocimiento-sabiduría – Karma-Yoga (capítulo 3) y Jñana-Yoga (capítulo 2).
Otros tipos de yoga están basados en el yoga de la acción y el yoga del conocimiento-sabiduría.
Karma en general significa “acción” y en este contexto no tiene nada que ver con “buen” o “mal” karma.
El Bhagavad Guita explica karma yoga en el tercer capítulo. Yoga es “conciencia en la acción”. ¿De qué estamos conscientes? Ciertamente no del cuerpo o del ejercicio físico; es decir, no queremos ser conscientes de lo impermanente, sino de la Realidad.
Actuar conscientemente en la vida diaria significa: actuar y al mismo tiempo observar como actuamos.
Podríamos decir: Nos ponemos al lado de nosotros y observamos. De ahí que se crea una distancia entre nosotros por un lado y el cuerpo actuando con la mente pensante por el otro.
De esta forma, nos convertimos en nuestro propio entrenador en acción y en nuestro propio observador y consejero de las emociones – en nuestro propio psicoterapeuta. :-)
La misma mente que estaba funcionando sin ser observada y sin ningún control, ¡ahora es, a la vez, la misma que observa y controla!
Así es como la mente misma se lleva hacia la liberación.
El Guita tiene 18 capítulos, 18 veces lo mismo, pero cada vez con un punto de vista diferente. Similar a los Cuatro Evangelios.
El conocimiento científico y el conocimiento técnico están siendo superados continuamente. Pero también existe un conocimiento que nunca se vuelve obsoleto.
El yoga de la sabiduría trata sobre EL Conocimiento – el conocimiento acerca de la diferencia entre la ilusión y la Realidad – acerca de la diferencia entre el cuerpo y su mente y el Ser Verdadero.
En el Bhagavad Guita, en el segundo capítulo, se revela esta sabiduría acerca del Ser Verdadero, de Dios (Atman). Para adquirir este conocimiento una y otra vez (de forma diferente) y resolver preguntas y dudas, se necesita un maestro (un Gurú). Esto es uno de los “principales deberes” de un Gurú (si es que tiene alguno): transmitir la sabiduría-conocimiento y responder a preguntas. Un segundo “deber” es dar ejemplo.
Con su propia acción, el Gurú da ejemplo. Lo observarás, reflexionarás y actuarás de manera similar. Y eso ya es nuevamente yoga en acción.
Cuando me preguntan,
“¿Practicas yoga?”,
siempre respondo,
“¡Sí, lo hago!”.
Entonces la mayoría piensa que puedo hacer la postura sobre cabeza hasta moviendo los pies.
Eso es lo que hacemos: Jñana Yoga.
O sencillamente: meditación.
En algún momento entre los siglos IV y II a.C., Patanjali escribió los Yoga Sutras. Ellos tratan principalmente del yoga del conocimiento. El conocimiento acumulado será interiorizado y realizado por la meditación.
En el segundo Sutra, Patanjali da la definición de yoga (en sánscrito):
yogash chitta vritti nirodha. Yoga (o meditación) es detener (nirodha) los remolinos (vritti) de la mente (chitta).
Aunque el karma yoga y el jñana yoga van alternándose en la vida, primero viene el yoga de acción. Si has aprendido a actuar de “forma correcta”, de realizar el trabajo de forma concentrada y perfecta en un sentido espiritual, se produce la purificación interior. Cuando no hay nada más que hacer, habrá llegado el momento de que puedas retirarte y realizar el jñana yoga, el yoga del conocimiento-sabiduría.
Primero:
Acciones concentradas y atentas. Por ejemplo: Mientras preparas unas zanahorias, pon atención completa a las manos que trabajan; al mismo tiempo observa a ti mismo trabajando. No existen pensamientos fuera de la tabla de cortar. Si te gusta o no este trabajo, no importa. Hay que hacerlo. Es que no hay ensalada de zanahorias sin zanahorias.
Segundo:
Obten el concimiento. Lee los cuatro Evangelios (más no hace falta), sobre todo el Sermón del Monte. Manténte desapegado de las explicaciones de los patrones conocidos y trata de comprender. Desea conocer a tu maestro, él te explicará los Evangelios y otras Sagradas Escrituras. (¡Pronto habrá más maestras también!)
Tercero:
Sumérjete en la oración y aprende a meditar. ¡Se te aclarará mucho por si mismo! Y “Todo caerá en su lugar”.