En Suiza existen muchos grupos y maestros de meditación. También puedes reservar cursos o retiros de meditación. En su mayoría estos eventos están adaptados a las necesidades de los participantes. Incluso puede haber música o sonidos en las “meditaciones”. – Pero realmente, ¿qué es meditación?
La oración necesita palabras. Tiene palabras específicas como el Padre Nuestro, o bien es una oración libre.
La única oración en la Cristiandad que nos fue dada directamente, es el Padre Nuestro. Me encanta esta plegaria sobre todo en su idioma original, el arameo (Jesús hablaba también arameo).
Para mí, la oración de Nicolás de Flue es entre todas, la más impresionante y condensada plegaria. En tres líneas todo queda
dicho.
El rosario es una plegaria dada por la iglesia y puede ayudar a enfocar los pensamientos.
En el rezo libre utilizamos nuestras propias palabras, por ejemplo para alabar a Dios. Es muy común la rogativa y también la plegaria para pedir perdón.
La oración silenciosa es aquella que se dice sin palabras, es realmente una contemplación o una meditación.
De hecho, se contempla sobre algo. El centro es un objeto, un acontecimiento o un texto.
Típico es para monjes y monjas la contemplación durante horas sobre el tabernáculo (el Santísimo Sacramento en una iglesia). Común es también la contemplación sobre la Pasión de Cristo.
Contemplar es examinar algo. Es pensar tranquilamente acerca de algo.
Vivir una vida contemplativa significa estar totalmente enfocado en Dios y practicamente sin interactuar con el mundo exterior. Por ejemplo, el Santo Nicolás de Flue llevó esa vida
contemplativa.
En el misticismo Cristiano, la contemplación conduce, a través de la purificación, a la unión con Dios, tal como nos han mostrado Nicolás
de Flue o Meister Eckhardt, y también muchos otros.
En la meditación se está sentado y quieto (típico es con las piernas cruzadas, en postura de loto) y muy atento.
Eso es todo.
En la meditación no se piensa. Porque pensar significa estar ocupado con lo efímero y lo cambiante. El Absoluto, la Verdad o Dios no pueden ser
comprendidos ni con los órganos de los cinco sentidos ni con la mente.
En el momento en que comienzas a pensar, el pensador aparece. Como pensador tú estás separado de Dios. Cuando piensas acerca de Dios, entonces Dios estará en un lado y tú como observador en el
otro. Esto contradice convertirse en Uno.
La meta de la meditación – además de la purificación (quemar karma) – es la iluminación que da significado a la consciencia absoluta. O dicho
de forma más clara, ya no existe distinción alguna entre el observador y lo observado.
Este es el momento, en que la gota de agua se une con el Océano.